26.9.11

Por donde empezamos


POR DONDE EMPEZAMOS.
“Tu vida entonces… llévala a caminar.”
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         Estamos suponiendo que cuando decidimos comenzar a realizar una actividad física continua, es porque nuestro cuerpo tiene sobrepeso y deseamos bajarlo, o eliminarlo, y mejorar nuestro aspecto y estado.


         Si no estamos acostumbrados a ninguna actividad se debe empezar caminando y en caso de obesidad importante consultar a un especialista que quizá le indique natación hasta bajar un poco su peso.


         Antes o después de haber comenzado con esta actividad debe consultar a un médico que lo revisará. Seguramente pedirá una serie de estudios y análisis para evaluarlo y aconsejarlo.

         De todas formas su cuerpo en cada cosa que haga siempre le dará señales que usted debe tener muy en cuenta, aceptarlas y respetarlas. Estas señales son sinónimo de que por el momento “hasta aquí llegamos”. Pueden ser dolores musculares, dolores en los pies, ampollas, agitación, cansancio, etc. Y usted no está en esto para sufrir y tampoco hace falta, de modo que ante cualquier incomodidad o anormalidad usted debe bajar un cambio, parar la actividad, disminuirla o modificarla.


         Caminar es una actividad sumamente gratificante. Especialmente para todo aquel que nunca lo hizo diariamente. Debe hacerlo a una velocidad tal que le requiera algún esfuerzo –tampoco una exageración- y por tiempos razonables (o cuadras) al principio. Usted debe descubrir en estos primeros pasos sus límites iniciales. Supongamos que camina1000 metros en una dirección y vuelve esos 1000 metros al punto de origen. Si tiene algún dolor o cansancio lo mejor es parar por el día. Al día siguiente podrá incrementar 300 o 500 metros en cada sentido. Los incrementos deben ser graduales y de acuerdo a sus posibilidades. Lo ideal es que usted como mínimo camine una hora diaria, cinco días a la semana. Si lo necesita  alterne un día de descanso entre caminatas. Recuerde que siempre habrá un día de lluvia o que por otro motivo  no caminará, de modo que si el tiempo es bueno trate de no perder el día.


         Cuando usted alcance esta primera meta, de una hora diaria, y no se sienta cansado ni dolido, podrá incrementar la actividad en otros sentidos que iremos viendo como el trote, la bicicleta, el gimnasio o la natación.

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